¿Porque hay lo que hay?

Los artículos que se publican en las distintas categorías fueron elegidos simplemente porque en algún momento presente o pasado sorprendieron o emocionaron al autor del blogg.
Entonces pasaron a formar parte de las huellas del pasado y seguramente de ingredientes del futuro.

"LA VIDA SIEMPRE SERÁ LO BASTANTE MALA PARA QUE NUNCA DESAPAREZCA EN EL HOMBRE EL DESEO DE ALGO MEJOR·" Máximo Gorki

lunes, 7 de marzo de 2011

NO AL OLVIDO III -por Hans Schulz

Tercera y última parte del informe de Hans Schulz sobre la Jornada contra la Violencia Institucional llevada a cabo días pasados en La Llave, con la presencia de familiares de Cromagnon y también de Atahualpa Martínez, asesinado en Viedma en 2008. Los testimonios locales.

“Mientras nosotros enterrábamos a nuestros muertos”
Por Hans Schulz

Parte III
“En este paisaje tan bello, podríamos vivir todos sin éste horror (Osvaldo Bayer)”
Aquí frente a nosotros tenemos las fotografías de aquellos a los que poco a poco fuimos dejando solos con sus muertos. Esta en particular es elocuente. Los familiares, en el Centro Cívico de nuestra ciudad, sostienen una pancarta que habla de inseguridad. ¿Qué es la inseguridad para ellos? ¿Será la misma que para los demás?  A veces las palabras y lo que designan son dignas de un análisis más profundo. ¿Seremos capaces de hacerlo? Ya van más de cuatro meses desde que asesinaron a los chicos allá arriba, detrás de Bariloche, y el tiempo transcurre lento. Y digo “asesinaron”, porque nadie muere así nomás, con una o más balas en su espalda. “Balas rápidas, justicia lenta” también se me ocurrió titular una futura nota que graficara lo que está sucediendo en mi pueblo, pero los mejores titulares siempre surgen de las palabras de los mismos protagonistas, sólo hay que tomarse el tiempo y saber encontrarlas, algo que no es fácil en el hipermediatizado entorno en el que vivimos y que deja poco lugar a  la lectura pausada y a las reflexiones consecuentes. Vivimos apurados. Hasta que la muerte nos despierta.
Cada uno vive en su propio mundo. No es difícil mirar a nuestro alrededor e intuir que el dialogo de sordos en nuestra comunidad se intensifica. Todos parecen tener una agenda propia que ignora la de los otros. Los políticos de aquí y de allá navegan en el mar de las gestiones partidarias con las esperanzas puestas en una nueva elección. Los comerciantes del turismo solo quieren una ciudad segura, más allá de la pobreza que nació y se desarrolla a sus espaldas. Los empleados temen por sus empleos, y a los que no los tienen, se les ofrecen pocas oportunidades. Los policías, que responden a los funcionarios provinciales, van y vienen como si nada hubiera sucedido. Los militantes políticos son solidarios y quieren capitalizar la protesta mientras que los chicos temen por sus derechos y por sus vidas. Los familiares esperan una respuesta y la justicia, devaluada, como tantas otras cosas a los ojos de los ciudadanos, parece ser una parte del problema y ya no de la solución. La mayoría mientras tanto, cultiva un silencio incómodo.
Dicen los abogados que todo contrato es tan bueno como las intenciones de aquellos que lo sellan. Lo mismo vale para un contrato social, que es tan bueno como las intenciones de los ciudadanos que lo pactan. Y yo me pregunto: ¿Qué tipo de contrato social hemos pactado los habitantes de esta ciudad con nosotros mismos?
Las palabras vertidas hace sólo algunos días por Juan Carlos  Curaqueo, tío de Nicolás Carrasco, son elocuentes al respecto: “La gente tiene que tomar conciencia de que éste no es el camino y que no podemos permitir que nos maten a nuestros jóvenes y todo siga normal, como si nada hubiera sucedido.” ¿Suena conocido verdad? “Siempre hemos demandado la participación de la comunidad, pero vimos que se dividió, y salieron a defender a la policía en vez de pedir justicia, mientras nosotros enterrábamos a nuestros muertos”.
¿Qué tipo de contrato social es éste, el de que mientras algunos entierran a sus muertos, los demás salen a reclamar seguridad y no justicia? ¿Existe seguridad sin justicia?
Los testimonios que siguen, breves reflejos  de momentos cruciales en la vida cotidiana de algunas familias de nuestra comunidad, se deben leer con atención, porque encierran en su contenido, el final de todos los prejuicios y rumores que tan livianamente circulan en nuestra ciudad.

“Buenas tarde, yo soy la mamá de Nicolás Carrasco, asesinado en la represión policial de junio. Nicolás muere en el atropello de la policía hace cuatro meses y todo es muy reciente para mí. Uno sale a pelear y es como si hubiese sido ayer. Uno trata de salir adelante pero es muy difícil. Me siento muy contenta hoy porque me siento acompañada y no estoy sola. Me siento respaldada. Muchas gracias”

Karina Riquelme

“Yo soy Karina, ella es Cristina, la mamá de Sergio Cárdenas (La mujer sentada a la izquierda de Karina, en el extremo de la mesa), asesinado el 17 de junio acá en Bariloche. Yo soy la esposa y tengo dos hijos, Augustín de cinco y Mia de un año. El 17 de junio, Sergio hacía dos días que había salido de vacaciones. El trabajaba en el hotel LLao LLao y decidió tomarse vacaciones por el mundial. Esa tarde yo volvía de trabajar a las tres de la tarde y ellos me esperaban para almorzar. Sonó entonces el teléfono de mi casa y era mi hermana que me llamaba para contarme que frente a su casa estaba la policía largando gases lacrimógenos y que no se podía respirar. Entonces yo le digo a Sergio que me acompañe hasta la casa de mi mamá que es donde vive mi hermana. Hasta ese momento ni yo ni él sabíamos que habían asesinado a diego por la noche y que había el lío que había ese día. Frente a la casa de mi mamá, vi que estaba muy complicado y le dije: Sergio yo me voy porque no se puede respirar. Voy a buscar a Agustín para llevarlo a Básquet. Fui a mi casa y me habré demorado siete minutos, y cuando volví pasé a dejar a mi nena en lo de mi hermana y salgo y cuando voy saliendo veo venir a mi hermana que me dice que a Sergio se lo llevaron al hospital porque recibió un disparo. Entonces me llevó mi hermano al hospital y en el camino me decía que me quede tranquila porque la policía estaba tirando con balas de goma que solo lastiman la piel, pero cuando llegué al hospital estaba muerto, y me dicen que la bala que le pegó en la espalda le ocasionó la muerte en el acto y que había muerto. Después del velorio y todas esas cosas que se hacen ante una muerte,  pude saber, charlando con la persona que estaba con él, que una vez que lo dejé, Sergio caminó una cuadra más y se quedó en el paredón de una casa mirando detrás de un árbol la represión que había desde la policía a los chicos que tiraban piedras y Sergio vio un nene de aproximadamente siete años que se acercaba a la calle, y el fue y lo corrió y le dijo que salga de ahí, y cuando se da vuelta cae. Esta persona que estaba con él lo asiste, le abre la campera  y no le ve sangre. Pero a Sergio inmediatamente se le dieron vuelta los ojos y largó espuma por la boca. Luego vino un auto, lo cargaron y no emitió ningún tipo de sonido, o sea que la bala que lo mató lo hizo en el acto. La bala es una bala que utiliza la policía de Río Negro, del Bora, de una escopeta del 12/70 que tengo entendido que solamente se le provee a la policía de Río Negro. Hasta ahora pasaron cuatro meses y no hay ninguna persona detenida por la causa de Sergio o de Nino. Yo lo que quiero dejar entrever es que Sergio no recibió una bala por parte de los chicos que tiraban piedras. Hay más de 2000 grabaciones y fotos que tiene el juez y no hay ninguna que muestre a los chicos que tiraban piedras con un arma, ni siquiera palos, eran sólo piedras. Y acá estamos ahora, golpeando todas las puertas que podamos para exigir que se haga justicia. Mataron tres personas y no hay nadie detenido. Les agradezco a todos ustedes por acompañarnos porque para nosotros es muy difícil tener que salir, porque estamos en duelo y es difícil, porque la gente de acá, en Bariloche, casi no nos acompaña. Yo también lo he dicho, que hasta que no te pasa personalmente, como fue mi caso, porque yo nunca participe en nada de estas cosas, ni nunca participé de ninguna marcha pero ahora que me tocó, lamentablemente tengo que salir y golpear puertas y la gente de acá no te acompaña. Por eso todo esto nos da fuerza y fortaleza para seguir. Escucharla a Julieta,  la mamá de Atahualpa, me pone la piel de gallina porque decir que pasaron dos años y que ella sigue es muy fuerte. Para nosotros pasaron sólo cuatro meses y a veces nos falta la fuerza y las ganas para seguir. Muchas gracias por acompañarnos.”

Juan Carlos Curraqueo
“Yo soy Juan Carlos, soy el tío de Nicolás Carrasco, hermano de Carmen. Quería decir que estas situaciones son muy fuertes para los familiares y hay días en que no tenemos palabras que decir. Somos consultados por lo medios, cuando nos llaman para saber en que situación esta la causa o que avance ha tenido y obviamente se nos hace muy difícil encontrar palabras para poder concientizar a la sociedad de que acá ha pasado algo muy grave, que han asesinado a tres jóvenes y destruido a tres familias, y que la sociedad tiene que salir por completo a pedir justicia para que sea rápidamente esclarecido y que los responsables paguen con cárcel, como tienen que pagar cualquier delincuente común que comete algún delito, y que las leyes se cumplan. Para nosotros es muy difícil tener que estar continuamente explicando lo que pasó, porque no tenemos experiencia en procesos judiciales. Todo esto nos estaba muy lejano y pasó a ser una cosa nueva. Nos sorprende a que a cuatro meses no se ha dado de baja a ningún policía, que no tengamos ningún responsable de los asesinatos y que no se ha renunciado ningún funcionario. Todos se siguen sosteniendo en el poder con tres muertos a sus espaldas, y siguen haciendo campañas políticas para calmar las aguas, con tres muertes en Bariloche. Se nos hace difícil como familiares salir a la calle todos los días, levantarnos, salir a pedir justicia, hablar con políticos que no nos escuchan y no escuchan al grito del pueblo que pide justicia por estas muertes y por otras muchas más que hay en toda la república Argentina. La verdad, que estar en esta situación en la que nosotros estamos, no se lo deseo a nadie, porque es una situación muy compleja. Hay que sostener a la familia porque las familias quedan destruidas. Nosotros tenemos hermanos, tenemos sobrinos y amigos que se han criado juntos con Nicolás y que están en una edad muy complicada que es la adolescencia. Es muy difícil hoy contener a los jóvenes, sacarles la bronca y el odio que llevan adentro por haberles arrebatado al hermano, a su primo o a su sobrino. Esto es muy difícil. ¿Y de dónde sacamos la fuerza para seguir luchando? Desde el gobierno municipal y provincial, al igual que lo hizo la presidenta en el caso de Cristian Ferreira, deberían salir a pronunciarse y exigir justicia hasta las últimas consecuencias. No sólo hay un Cristian Ferreira, sino que hay un Nicolás, un Diego, un Sergio que claman por justicia. Ayer en una charla hablamos de la bandera argentina y para mí la bandera argentina esta manchada de sangre. Hasta que no encontremos justicia la bandera estará manchada de sangre. Porque yo me pongo en el lugar de las madres que han llevado 9 meses a sus hijos en el vientre, lo han criado, le han dado el pecho y ahora se lo arrebatan de esta forma. La verdad que no se lo deseo a nadie. Gracias y  estamos muy  agradecidos por todos los que nos acompañan.”

Mariela Bonefoi
“Gracias por estar acá, esto me da fuerzas porque para mi todo esto es nuevo. Conozco muy poco, nunca participe en ninguna marcha y ahora entiendo todas las veces en que han matado y yo no estuve. Y me cuesta un montón salir a la calle. Creo que con ustedes voy a aprender bastante para seguir pidiendo justicia.”

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