¿Porque hay lo que hay?

Los artículos que se publican en las distintas categorías fueron elegidos simplemente porque en algún momento presente o pasado sorprendieron o emocionaron al autor del blogg.
Entonces pasaron a formar parte de las huellas del pasado y seguramente de ingredientes del futuro.

"LA VIDA SIEMPRE SERÁ LO BASTANTE MALA PARA QUE NUNCA DESAPAREZCA EN EL HOMBRE EL DESEO DE ALGO MEJOR·" Máximo Gorki

domingo, 22 de marzo de 2015

lunes, 7 de marzo de 2011

NO AL OLVIDO III -por Hans Schulz

Tercera y última parte del informe de Hans Schulz sobre la Jornada contra la Violencia Institucional llevada a cabo días pasados en La Llave, con la presencia de familiares de Cromagnon y también de Atahualpa Martínez, asesinado en Viedma en 2008. Los testimonios locales.

“Mientras nosotros enterrábamos a nuestros muertos”
Por Hans Schulz

Parte III
“En este paisaje tan bello, podríamos vivir todos sin éste horror (Osvaldo Bayer)”
Aquí frente a nosotros tenemos las fotografías de aquellos a los que poco a poco fuimos dejando solos con sus muertos. Esta en particular es elocuente. Los familiares, en el Centro Cívico de nuestra ciudad, sostienen una pancarta que habla de inseguridad. ¿Qué es la inseguridad para ellos? ¿Será la misma que para los demás?  A veces las palabras y lo que designan son dignas de un análisis más profundo. ¿Seremos capaces de hacerlo? Ya van más de cuatro meses desde que asesinaron a los chicos allá arriba, detrás de Bariloche, y el tiempo transcurre lento. Y digo “asesinaron”, porque nadie muere así nomás, con una o más balas en su espalda. “Balas rápidas, justicia lenta” también se me ocurrió titular una futura nota que graficara lo que está sucediendo en mi pueblo, pero los mejores titulares siempre surgen de las palabras de los mismos protagonistas, sólo hay que tomarse el tiempo y saber encontrarlas, algo que no es fácil en el hipermediatizado entorno en el que vivimos y que deja poco lugar a  la lectura pausada y a las reflexiones consecuentes. Vivimos apurados. Hasta que la muerte nos despierta.
Cada uno vive en su propio mundo. No es difícil mirar a nuestro alrededor e intuir que el dialogo de sordos en nuestra comunidad se intensifica. Todos parecen tener una agenda propia que ignora la de los otros. Los políticos de aquí y de allá navegan en el mar de las gestiones partidarias con las esperanzas puestas en una nueva elección. Los comerciantes del turismo solo quieren una ciudad segura, más allá de la pobreza que nació y se desarrolla a sus espaldas. Los empleados temen por sus empleos, y a los que no los tienen, se les ofrecen pocas oportunidades. Los policías, que responden a los funcionarios provinciales, van y vienen como si nada hubiera sucedido. Los militantes políticos son solidarios y quieren capitalizar la protesta mientras que los chicos temen por sus derechos y por sus vidas. Los familiares esperan una respuesta y la justicia, devaluada, como tantas otras cosas a los ojos de los ciudadanos, parece ser una parte del problema y ya no de la solución. La mayoría mientras tanto, cultiva un silencio incómodo.
Dicen los abogados que todo contrato es tan bueno como las intenciones de aquellos que lo sellan. Lo mismo vale para un contrato social, que es tan bueno como las intenciones de los ciudadanos que lo pactan. Y yo me pregunto: ¿Qué tipo de contrato social hemos pactado los habitantes de esta ciudad con nosotros mismos?
Las palabras vertidas hace sólo algunos días por Juan Carlos  Curaqueo, tío de Nicolás Carrasco, son elocuentes al respecto: “La gente tiene que tomar conciencia de que éste no es el camino y que no podemos permitir que nos maten a nuestros jóvenes y todo siga normal, como si nada hubiera sucedido.” ¿Suena conocido verdad? “Siempre hemos demandado la participación de la comunidad, pero vimos que se dividió, y salieron a defender a la policía en vez de pedir justicia, mientras nosotros enterrábamos a nuestros muertos”.
¿Qué tipo de contrato social es éste, el de que mientras algunos entierran a sus muertos, los demás salen a reclamar seguridad y no justicia? ¿Existe seguridad sin justicia?
Los testimonios que siguen, breves reflejos  de momentos cruciales en la vida cotidiana de algunas familias de nuestra comunidad, se deben leer con atención, porque encierran en su contenido, el final de todos los prejuicios y rumores que tan livianamente circulan en nuestra ciudad.

“Buenas tarde, yo soy la mamá de Nicolás Carrasco, asesinado en la represión policial de junio. Nicolás muere en el atropello de la policía hace cuatro meses y todo es muy reciente para mí. Uno sale a pelear y es como si hubiese sido ayer. Uno trata de salir adelante pero es muy difícil. Me siento muy contenta hoy porque me siento acompañada y no estoy sola. Me siento respaldada. Muchas gracias”

Karina Riquelme

“Yo soy Karina, ella es Cristina, la mamá de Sergio Cárdenas (La mujer sentada a la izquierda de Karina, en el extremo de la mesa), asesinado el 17 de junio acá en Bariloche. Yo soy la esposa y tengo dos hijos, Augustín de cinco y Mia de un año. El 17 de junio, Sergio hacía dos días que había salido de vacaciones. El trabajaba en el hotel LLao LLao y decidió tomarse vacaciones por el mundial. Esa tarde yo volvía de trabajar a las tres de la tarde y ellos me esperaban para almorzar. Sonó entonces el teléfono de mi casa y era mi hermana que me llamaba para contarme que frente a su casa estaba la policía largando gases lacrimógenos y que no se podía respirar. Entonces yo le digo a Sergio que me acompañe hasta la casa de mi mamá que es donde vive mi hermana. Hasta ese momento ni yo ni él sabíamos que habían asesinado a diego por la noche y que había el lío que había ese día. Frente a la casa de mi mamá, vi que estaba muy complicado y le dije: Sergio yo me voy porque no se puede respirar. Voy a buscar a Agustín para llevarlo a Básquet. Fui a mi casa y me habré demorado siete minutos, y cuando volví pasé a dejar a mi nena en lo de mi hermana y salgo y cuando voy saliendo veo venir a mi hermana que me dice que a Sergio se lo llevaron al hospital porque recibió un disparo. Entonces me llevó mi hermano al hospital y en el camino me decía que me quede tranquila porque la policía estaba tirando con balas de goma que solo lastiman la piel, pero cuando llegué al hospital estaba muerto, y me dicen que la bala que le pegó en la espalda le ocasionó la muerte en el acto y que había muerto. Después del velorio y todas esas cosas que se hacen ante una muerte,  pude saber, charlando con la persona que estaba con él, que una vez que lo dejé, Sergio caminó una cuadra más y se quedó en el paredón de una casa mirando detrás de un árbol la represión que había desde la policía a los chicos que tiraban piedras y Sergio vio un nene de aproximadamente siete años que se acercaba a la calle, y el fue y lo corrió y le dijo que salga de ahí, y cuando se da vuelta cae. Esta persona que estaba con él lo asiste, le abre la campera  y no le ve sangre. Pero a Sergio inmediatamente se le dieron vuelta los ojos y largó espuma por la boca. Luego vino un auto, lo cargaron y no emitió ningún tipo de sonido, o sea que la bala que lo mató lo hizo en el acto. La bala es una bala que utiliza la policía de Río Negro, del Bora, de una escopeta del 12/70 que tengo entendido que solamente se le provee a la policía de Río Negro. Hasta ahora pasaron cuatro meses y no hay ninguna persona detenida por la causa de Sergio o de Nino. Yo lo que quiero dejar entrever es que Sergio no recibió una bala por parte de los chicos que tiraban piedras. Hay más de 2000 grabaciones y fotos que tiene el juez y no hay ninguna que muestre a los chicos que tiraban piedras con un arma, ni siquiera palos, eran sólo piedras. Y acá estamos ahora, golpeando todas las puertas que podamos para exigir que se haga justicia. Mataron tres personas y no hay nadie detenido. Les agradezco a todos ustedes por acompañarnos porque para nosotros es muy difícil tener que salir, porque estamos en duelo y es difícil, porque la gente de acá, en Bariloche, casi no nos acompaña. Yo también lo he dicho, que hasta que no te pasa personalmente, como fue mi caso, porque yo nunca participe en nada de estas cosas, ni nunca participé de ninguna marcha pero ahora que me tocó, lamentablemente tengo que salir y golpear puertas y la gente de acá no te acompaña. Por eso todo esto nos da fuerza y fortaleza para seguir. Escucharla a Julieta,  la mamá de Atahualpa, me pone la piel de gallina porque decir que pasaron dos años y que ella sigue es muy fuerte. Para nosotros pasaron sólo cuatro meses y a veces nos falta la fuerza y las ganas para seguir. Muchas gracias por acompañarnos.”

Juan Carlos Curraqueo
“Yo soy Juan Carlos, soy el tío de Nicolás Carrasco, hermano de Carmen. Quería decir que estas situaciones son muy fuertes para los familiares y hay días en que no tenemos palabras que decir. Somos consultados por lo medios, cuando nos llaman para saber en que situación esta la causa o que avance ha tenido y obviamente se nos hace muy difícil encontrar palabras para poder concientizar a la sociedad de que acá ha pasado algo muy grave, que han asesinado a tres jóvenes y destruido a tres familias, y que la sociedad tiene que salir por completo a pedir justicia para que sea rápidamente esclarecido y que los responsables paguen con cárcel, como tienen que pagar cualquier delincuente común que comete algún delito, y que las leyes se cumplan. Para nosotros es muy difícil tener que estar continuamente explicando lo que pasó, porque no tenemos experiencia en procesos judiciales. Todo esto nos estaba muy lejano y pasó a ser una cosa nueva. Nos sorprende a que a cuatro meses no se ha dado de baja a ningún policía, que no tengamos ningún responsable de los asesinatos y que no se ha renunciado ningún funcionario. Todos se siguen sosteniendo en el poder con tres muertos a sus espaldas, y siguen haciendo campañas políticas para calmar las aguas, con tres muertes en Bariloche. Se nos hace difícil como familiares salir a la calle todos los días, levantarnos, salir a pedir justicia, hablar con políticos que no nos escuchan y no escuchan al grito del pueblo que pide justicia por estas muertes y por otras muchas más que hay en toda la república Argentina. La verdad, que estar en esta situación en la que nosotros estamos, no se lo deseo a nadie, porque es una situación muy compleja. Hay que sostener a la familia porque las familias quedan destruidas. Nosotros tenemos hermanos, tenemos sobrinos y amigos que se han criado juntos con Nicolás y que están en una edad muy complicada que es la adolescencia. Es muy difícil hoy contener a los jóvenes, sacarles la bronca y el odio que llevan adentro por haberles arrebatado al hermano, a su primo o a su sobrino. Esto es muy difícil. ¿Y de dónde sacamos la fuerza para seguir luchando? Desde el gobierno municipal y provincial, al igual que lo hizo la presidenta en el caso de Cristian Ferreira, deberían salir a pronunciarse y exigir justicia hasta las últimas consecuencias. No sólo hay un Cristian Ferreira, sino que hay un Nicolás, un Diego, un Sergio que claman por justicia. Ayer en una charla hablamos de la bandera argentina y para mí la bandera argentina esta manchada de sangre. Hasta que no encontremos justicia la bandera estará manchada de sangre. Porque yo me pongo en el lugar de las madres que han llevado 9 meses a sus hijos en el vientre, lo han criado, le han dado el pecho y ahora se lo arrebatan de esta forma. La verdad que no se lo deseo a nadie. Gracias y  estamos muy  agradecidos por todos los que nos acompañan.”

Mariela Bonefoi
“Gracias por estar acá, esto me da fuerzas porque para mi todo esto es nuevo. Conozco muy poco, nunca participe en ninguna marcha y ahora entiendo todas las veces en que han matado y yo no estuve. Y me cuesta un montón salir a la calle. Creo que con ustedes voy a aprender bastante para seguir pidiendo justicia.”

No al olvido II -por Hans Schulz


La segunda parte del informe de Hans Schulz sobre la Jornada contra la Violencia Institucional llevada a cabo días pasados en La Llave, con la presencia de familiares de Cromagnon y también de Atahualpa Martínez, asesinado en Viedma en 2008. En la foto, junto a Osvaldo Bayer.

"A los que fuimos dejando solos"
Por Hans Schulz
Parte II- sala de pensa
Mientras que en la Escuela de Arte “La Llave”, el protagonista fue el público que participó, aquí, además de Osvaldo Bayer, Nilda Eloy y otros referentes de la lucha por los Derechos Humanos (Multisectorial de Bariloche/ Pañuelos en Rebeldía/Multisectorial de DDHH de Neuquén), los protagonistas de la tarde fueron los familiares de las víctimas. Con la sala colmada de público y luego de la lectura de las conclusiones sobre las actividades de la mañana, los familiares expusieron sus testimonios sobre los asesinatos del 17 y 18 de junio. Fueron testimonios desgarradores y altamente emocionales y lamenté que no estuvieran algunos de mis amigos que siempre opinan con información de segunda, tercera o cuarta mano. Aquí hablaron los que fueron tocados por la tragedia, los que vieron morir a sus chicos, y los que mientras un sector de la ciudadanía marchaba en apoyo de la policía, enterraban a sus muertos. Desde julio he marchado con ellos cuatro veces por las calles de Bariloche y soy testigo de cómo el tiempo los fue cambiando. En un principio fueron presa del fenómeno de la violencia. Esa violencia de la que una gran parte de mis conciudadanos sólo ve la última foto, la del chico con la pistola en la mano.  Y yo me pregunto, al igual que lo hizo el Juez Martín Lozada en una conferencia reciente, esa foto, ¿no es acaso solo el último eslabón visible de una larga cadena de violencia?  Los testimonios de Florencia, Cármen, Karina, Mariela, Juan Carlos y Fabio, fueron seguramente para muchos de los presentes, y me incluyo, un necesario cable a tierra para comprender la violencia contra los jóvenes, que en última instancia, es sólo una parte más del escenario más amplio de las desigualdades de nuestra sociedad.
Podría describir en detalle los gestos, las entonaciones y la cuidadosa elección de las palabras de las madres  presentes y de la mujer de Sergio Cárdenas. El preciso relato no tenía nada en común con las liviandades que escucho en la calle de mi pueblo cuando opinan sobre los muertos de junio. Porque pocos son los que tienen el valor de acercarse a los que fueron tocados por las balas, es más fácil mirar de lejos y esperar que llegue el olvido, para que los que viven allá arriba, detrás de Bariloche, dejen de ser tema. Es imposible reproducir en palabras, el clima y las emociones de esa tarde, pero para aquellos que no estuvieron y quieren saber un poco más, van aquí las transcripciones en papel de sus relatos.
Testimonios
Julieta Vinaya
Yo me llamo Julieta Vinaya, soy de Viedma y soy de un pueblo Aymara. Hace más de 40 años que estoy en la Argentina y soy la mama de Atahualpa. Atahualpa es un joven de 19 años que fue asesinado el 15 de junio del año 2008. (Ver Link B2000) Atahualpa a fin de año se tenía que ir a Cuba a estudiar medicina. Su sueño era ser médico de los pueblos originarios y estar en los lugares donde era difícil que pudiera acceder un médico ya que según él, llevaba ventaja porque sabía andar a caballo, sabía carnear y lo más importante, sabía comunicarse con la gente. Unos años antes de su asesinato, estuvo en Bolivia y allí vio lo que era la pobreza en extremo. Antes de ese viaje tenía planeado terminar el bachillerato y venirse a la línea sur, pero cuando conoce la realidad de Bolivia y habla con otros jóvenes, decide estudiar medicina, porque médicos eran los que más faltaban allí y en otros lugares. Su proyecto, su ilusión eran ser médico, pero no pudo llegar a Cuba. Él decía, que si uno podía ser solidario con un vecino, el mundo cambiaría. Pero no le dieron la posibilidad, porque el 15 de junio lo asesinaron. El estaba con un amigo, y cuando el amigo fue al baño y vuelve, Atahualpa ya no estaba más. Nadie lo vio salir. Su cuerpo aparece a 5 kilómetros con un disparo en la espalda. Entonces todos comenzamos a ver que es lo que había pasado con Atahualpa. Yo estaba en Rosario en un aniversario del nacimiento del Che. Volví a Viedma y me encontré con mi hijo en un cajón. Hace 28 meses que estamos tratando de pedir justicia. Me entrevisté con la presidenta, vino la gente de gendarmería y cuando se hizo la reunión de la UNASUR, acá en Bariloche, quise entrevistarme con el presidente Evo Morales y era muy difícil. Sin embargo lo paramos en la ruta y le pude entregar personalmente un expediente de todo lo que se había investigado sobre Atahualpa, fotos, todo lo que tenía, ya que en la nueva constitución plurinacional de Bolivia dice que toda gente boliviana, por más que tenga hijos y hayan nacido en otro territorio, sigue perteneciendo al pueblo boliviano. Y como yo nací allá, también de alguna manera quería que el pueblo de Bolivia nos ayude en este pedido de justicia, ya que estamos golpeando puertas, vamos a marchas, estamos haciendo pegatinas, graffitis y movidas.
He viajado muchísimas veces a Buenos Aires y acceder a los medios nacionales es imposible. Lo que me dicen es que hay muchos asesinatos, que eso pasó hace mucho tiempo,  y que por eso no vende. Me manejo sí con radios comunitarias, con la de las madres y otras organizaciones que se van sumando y que se van haciendo eco porque la idea es poder acompañarnos. Porque en un primer momento, todo el mundo está, pero cuando van pasando los días, las semanas y los meses, una se va quedando más sola y pasa a ser “la loca”, y la gente te dice: “si ya pasó tanto tiempo ¿para que pedir justicia?” Pero yo creo que Atahualpa era un joven como otros tantos de la Patagonia y nadie pensaba que se iba a morir de la manera en que lo asesinaron. Estuvo una hora y media agonizando en ese lugar en que lo depositaron y por eso yo no voy a descansar hasta no poder saber que es lo que pasó con mi hijo, quién lo asesinó, quienes son las personas que encubrieron el hecho porque creo que el asesinato de Atahualpa tiene que ver con la policía, porque sino no se entiende que nada se sepa si hay una recompensa de 100.000 pesos. Y tiene que ver también con que es lo que pasa en la noche, porque si bien sabemos que pasa durante el día, no sabemos que ocurre en la noche, y en la noche hay desde droga hasta prostitución y trata. Los responsables tienen que estar en la cárcel, porque no puede ser que una le dedique la vida a un hijo que estaba lleno de proyectos y lo asesinen de la forma en que lo hicieron y todo quede sin ninguna respuesta, no, yo voy a seguir peleando aunque le tenga que dedicar la vida entera, porque si las madres y las abuelas de plaza de mayo están hace más de 30 años y siguen recuperando nietos y siguen estando en la plaza y pidiendo justicia, yo también lo voy a hacer, porque el ejemplo lo tengo de ellas y de otros familiares, porque en la provincia de Río Negro hay más de 100 asesinatos impunes, entre ellos el triple crimen, él de otoño Uriarte, él de Río Colorado y el de Silvia Manzanares en San Antonio Oeste. Si uno quiere cambiar la sociedad es desde este lugar comprometido. Si nosotros nos quedamos en esto, ellos van a seguir avanzando y van a seguir asesinando a nuestros jóvenes y lo único que nos queda es seguir luchando y pidiendo justicia.”

NO AL OLVIDO - POR HANS SCHULZ


Lunes 01 de Noviembre de 2010 06:22
No al olvido
Otro valioso aporte de Hans Schulz desde su sección Crónicas para B2000. Estuvo en la Jornada contra la Violencia Institucional llevada a cabo días pasados en La Llave, con la presencia de familiares de Cromagnon y también de Atahualpa Martínerz, asesinado en Viedma en 2008.

"A los que fuimos dejando solos"
Por Hans Schulz
Parte I

Florencia Vinaya, Juan Carlos y Cármen Curraqueo, Karina Riquelme, Fabio Bonefoi
“Justicia, te busqué en la calle, te busqué en el diario, en la televisión y en las voces sordas de los tribunales; justicia, te busqué en las caras, te busqué en las  bocas, en las mentes y en los ojos  de nuestras ciudades.” (Justicia/ Lila Downs/2008)
23 de Octubre
I - Taller de Arte “La Llave”
Aquí frente a nosotros tenemos las fotografías de aquellos a los que poco a poco fuimos dejando solos con sus muertos. (1) Frente a la Escuela de Arte “La Llave”, en Bariloche, posan el sábado 23 de octubre, los familiares directos de Nicolás Carrasco, Sergio Cárdenas y Diego Bonefoi. Junto a ellos está también Florencia Vinaya, madre de Atahualpa Martínez Vinaya, asesinado en Viedma a los 19 años de edad el 15 de junio del año 2008. Así, a medida que transcurren los meses y los responsables no llegan a tiempo con las respuestas necesarias, se van juntando y organizando aquellos, cuyas familias fueron desgarradas y desmembradas por la muerte violenta.
El 23 de octubre pasado, una serie de organizaciones sociales de todo el país se dio cita en nuestra ciudad, para organizar una serie de actividades que perseguían el doble objetivo de rodear a los familiares con solidaridad y experiencias de lucha que no tienen y por otro lado mostrar a la población de Bariloche que se deben repensar algunas cosas y reflexionar en profundidad sobre otras. A lo largo de toda la mañana, en dependencias de la Escuela de Arte  La Llave, se llevaron a cabo una serie de charlas y actividades de concientización, en el marco de una “Jornada contra la violencia institucional”: Entre estas actividades debo mencionar especialmente a una de gran valor reflexivo para los jóvenes presentes y para nosotros que escribimos en los medios porque fotografiar y escribir conlleva una responsabilidad. Por eso este ejercicio colectivo de ver a los jóvenes, sobre los cuales escribimos y a los cuales fotografiamos, leerse en los diarios y verse reflejados en ellos, supuso una alta cuota de auto-reflexión. Y es aquí donde ya no importan las ideologías o las visiones de mundo, porque es solo un ejercicio más que hacemos, para medir  la posibilidad que tenemos de  seguir conviviendo.
Silvia Miñami, madre de Julián, una de las víctimas de Cromagnon e integrante de la organización “Pañuelos en Rebeldía”, nos explicaba sobre este ejercicio que tuvo como eje el debate sobre “el poder y el discurso”. En dos líneas de tiempo, que sobre el suelo desplegaban recortes de diarios, se agrupaban las “voces opresoras” y las “voces nuestras”. Más allá de toda interpretación política posible, fue muy interesante ver a la gran cantidad de público leyendo y debatiendo sobre la información, las fotos y los titulares de los diarios que hablaban de ellos. Opinar es casi un deporte nacional, la reflexión crítica y responsable es otra cosa.

Taller La Llave/23 octubre 2010/ Líneas de tiempo
Podemos discutir interminablemente sobre nuestras visiones e interpretaciones de los hechos, pero frente a los muertos y los testimonios de sus familiares y amigos debemos ajustar el discurso. Porque en Bariloche, con el tiempo y de acuerdo al lugar que ocupamos en la sociedad, y en razón de nuestros particulares intereses e interpretaciones del mundo, parece que sobre los trágicos días de junio y sus protagonistas, todos tenemos una explicación razonable, menos los retratados de la foto. A veces, el caudal de opiniones infundadas de los terceros en cuestión, es realmente asombroso, y podemos ver como con el tiempo y de esa manera se van acumulando en nuestra ciudad las conjeturas, los rumores, las explicaciones, las justificaciones, las acusaciones y las interpretaciones. Basta con recorrer el pueblo y escuchar a sus habitantes para armarse de un extenso catálogo de subjetividades. Todos, con algunas excepciones, arman el rompecabezas como más les conviene y vislumbran los hechos en un pasado y en una geografía lejana. Lo que entre los familiares y algunos de nosotros es el “miedo al olvido”, para muchos de los habitantes de nuestra ciudad, es “el deseo del olvido”. Yo tuve entre los míos mi propia cuota de ferviente deseo de olvido e indiferencia frente al dolor de los demás. Por eso son buenos estos ejercicios de la memoria. Además, lo que esta escrito, escrito está.
(1) De: Susan Sontag, “Ante el dolor de los demás”, 2003, Alfaguara.

HIPOCRITA REALIDAD

Se han cumplido ya ocho meses de un nuevo aniversario del asesinato de tres jóvenes barilochenses por parte de la policía rionegrina. Y la Justicia, que debería determinar las responsabilidades frente a tan aberrantes hechos, sigue ciega, sorda y muda. Como asimismo frente a las decenas de casos de gatillo fácil , tortura, trata de personas , juego clandestino y narcotráfico, delitos sobre los cuales tanto una parte de la sociedad como los medios de comunicación intuyen la fuerte participación de la fuerza. Todos hechos que han sido denunciados por los Organismos de Derechos Humanos y la Defensoría Provincial del Pueblo, inclusive con causas judiciales iniciadas contra los máximos representantes de la cúpula policial.

Sin embargo, una parte muy importante de la sociedad barilochense, encabezada por su empresariado y seguida de cerca por las capas medias acomodadas - que han ignorado la situación arriba descripta - , han levantado sus encendidas voces frente al intento de incendio de la comisaria del centro cívico de nuestra ciudad. Alegan que se trata de un monumento histórico. Deberían agregarle que se trata de un monumento histórico a la corrupción, que se inicia allá lejos durante la dictadura de la mano del asesino comisario Ardanaz y continua hasta nuestros días como una policía brava compitiendo con la bonaerense en su triste historia. Argumentan asimismo que no son los métodos que se correspondan con una convivencia democrática. Por supuesto que las dirigencias políticas se suman a estas opiniones en la mayoría de los casos y en otros tratan de desvincularse por acción u omisión de los autores materiales del incendio.

Todo esta teñido de una enorme hipocresía. Porque en Bariloche es innegable que frente a la fastuosa vida de unos pocos, existe una enorme cantidad de jóvenes humillados, excluidos, condenados sin juicio previo por lugar de nacimiento o portación de rostro a una vida desgraciada, sin perspectivas ni horizontes.

Ni el estado, ni los políticos, ni obviamente los empresarios reconocen ni reconocerán jamás que nunca se generarán puestos de trabajo que incorporen a esa inmensa masa de jóvenes dado que en la sociedad mundial actual la tendencia es a la eliminación cada vez más acelerada de puestos de trabajo, particularmente aquellos de baja calificación.
Por ende esa masa de jóvenes se ha convertido para una sociedad hipócrita en superflua , innecesaria, sobrante. Ya no sirve ni siquiera para generar ganancias, por lo tanto puede ser excluida, y si es necesario, eliminada. ¡¡¡Todo en aras de la defensa de los derechos democráticos !!! Pero en particular de los de propiedad.

Para estos jóvenes sólo hay hospitales para pobres, escuelas para pobres, changas miserables en negro, y sobre todo persecución.

Esta situación da lugar a una enorme fractura social, que desencadena situaciones como las del pasado 17 de junio. Los enardecidos empresarios e histéricos pequeño burgueses no reconocen que su actitud generará la barbarie, que ni las rejas, ni los barrios cerrados podrán detener la ira de quienes lucharán utilizando cualquier vía por garantizar su existencia y que cuando es la vida lo que esta en juego, no se establecen límites.

Sólo hay una salida frente a esta situación. Reconocer la realidad. Dejar la hipocresía de lado y replantearse las relaciones sociales desde otro punto de vista. Cuestionar al capitalismo, sistema que genera desigualdad, marginación, guerras y destrucción del ecosistema y a partir de allí como primer paso promover un política de estado que a través de la redistribución de la riqueza equilibre las enormes inequidades existentes. Pero además de ello la necesidad de pensar otras formas de trabajo autogestionario, cooperativo, que permita incluir a aquellos a quienes el capital, que sólo amerita aquello que da ganancias, desecha.

Se trata de un enorme desafío. Pero no hay otro camino. El camino no es la mano dura de los Blumberg y los Scioli, de los Saiz y Cufré. Debemos preguntarnos porque una parte de la sociedad enardece frente a hechos como los del Centro Cívico, expresiones de impotencia frente a años y años de falta de respuestas y exclusión, y permanece indiferente frente a noticias periodísticas como las que cierran este artículo. Tiene que ver con la derrota del pensamiento, con la imposición de un pensamiento único, el del neoliberalismo, que sólo nos puede llevar a la destrucción de la sociedad. Sólo una actitud que se base en el humanismo, en el reconocimiento del “otro”, en la reconstrucción del entramado social; sólo eso podrá salvarnos.


Trabajo esclavo, de Río Negro a Santiago del Estero Una inspección conjunta del ministerio de Trabajo de la Nación y la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) detectó 9 mujeres ocultas y casi deshidratadas en una pequeña pieza de un aserradero de la ciudad rionegrina de General Roca. En Santiago del Estero, se halló en condiciones de esclavitud a chicos menores de edad, que trabajaban en la tala de árboles para productores tucumanos que habían usurpado tierras fiscales.( Pagina 12 4-03-2011)

En la provincia, según una estimación del ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, hay un millón de chicos en situación de vulnerabilidad y riesgo social debido a efectos de la exclusión y de la marginalidad. Unos 400.000 jóvenes, de entre 14 y 20 años, no estudian ni tienen trabajo. ( La Nación 3-11-2008 sobre la Provincia de Buenos Aires)
“La Alternativa al Neoliberalismo se llama Conciencia”, “lo que se está preparando en este planeta es un Mundo para los Ricos”, “hay unos cuantos conflictos en el mundo donde nadie piensa intervenir, que más da que se maten, que se troceen, que se degüellen miles de negros o indios o lo que sea, eso pertenece, a lo mejor, al grupo de los 20 o 25% de población que son para DESHECHAR pues, mientras se matan los unos a los otros no tendré yo que matarlos a ello y, así se facilitan las cosas” José Saramago, Cáceres, España 1999

viernes, 28 de mayo de 2010

ENTREVISTA CON ZYGMUNT BAUMAN

Un mundo nuevo y cruel
El sociólogo que sacudió a las ciencias sociales con su concepto de "modernidad líquida" advierte, en una entrevista exclusiva, que hay un temible divorcio entre poder y política, socios hasta hoy inseparables en el estado-nación. En todo el mundo, dice, la población se divide en barrios cerrados, villas miseria y quienes luchan por ingresar o no caer en uno de esos guetos. Aún no llegamos al punto de no retorno, dice con un toque de optimismo.
How to spend it.... Cómo gastarlo. Ese es el nombre de un suplemento del diario británico Financial Times. Ricos y poderosos lo leen para saber qué hacer con el dinero que les sobra. Constituyen una pequeña parte de un mundo distanciado por una frontera infranqueable. En ese suplemento alguien escribió que en un mundo en el que "cualquiera" se puede permitir un auto de lujo, aquellos que apuntan realmente alto "no tienen otra opción que ir a por uno mejor..." Esta cosmovisión le sirvió a Zygmunt Bauman para teorizar sobre cuestiones imprescindibles y así intentar comprender esta era. La idea de felicidad, el mundo que está resurgiendo después de la crisis, seguridad versus libertad, son algunas de sus preocupaciones actuales y que explica en sus recientes libros: Múltiples culturas, una sola humanidad (Katz editores) y El arte de la vida (Paidós). "No es posible ser realmente libre si no se tiene seguridad, y la verdadera seguridad implica a su vez la libertad", sostiene desde Inglaterra por escrito.
Bauman nació en Polonia pero se fue expulsado por el antisemitismo en los 50 y recaló en los 60 en Gran Bretaña. Hoy es profesor emérito de la Universidad de Leeds. Estudió las estratificaciones sociales y las relacionó con el desarrollo del movimiento obrero. Después analizó y criticó la modernidad y dio un diagnóstico pesimista de la sociedad. Ya en los 90 teorizó acerca de un modo diferente de enfocar el debate cuestionador sobre la modernidad. Ya no se trata de modernidad versus posmodernidad sino del pasaje de una modernidad "sólida" hacia otra "líquida". Al mismo tiempo y hasta el presente se ocupó de la convivencia de los "diferentes", los "residuos humanos" de la globalización: emigrantes, refugiados, parias, pobres todos. Sobre este mundo cruel y desigual versó este diálogo con Bauman.

Uno de sus nuevos libros se llama Múltiples culturas, una sola humanidad . ¿Hay en este concepto una visión "optimista" del mundo de hoy?

Ni optimista ni pesimista... Es sólo una evaluación sobria del desafío que enfrentamos en el umbral del siglo XXI. Ahora todos estamos interconectados y somos interdependientes. Lo que pasa en un lugar del globo tiene impacto en todos los demás, pero esa condición que compartimos se traduce y se reprocesa en miles de lenguas, de estilos culturales, de depósitos de memoria. No es probable que nuestra interdependencia redunde en una uniformidad cultural. Es por eso que el desafío que enfrentamos es que estamos todos, por así decirlo, en el mismo barco; tenemos un destino común y nuestra supervivencia depende de si cooperamos o luchamos entre nosotros. De todos modos, a veces diferimos mucho en algunos aspectos vitales. Tenemos que desarrollar, aprender y practicar el arte de vivir con diferencias, el arte de cooperar sin que los cooperadores pierdan su identidad, a beneficiarnos unos de otros no a pesar de, sino gracias a nuestras diferencias.

Es paradójico, pero mientras se exalta el libre tránsito de mercancías, se fortalecen y construyen fronteras y muros. ¿Cómo se sobrevive a esta tensión?

Eso sólo parece ser una paradoja. En realidad, esa contradicción era algo esperable en un planeta donde las potencias que determinan nuestra vida, condiciones y perspectivas son globales, pueden ignorar las fronteras y las leyes del estado, mientras que la mayor parte de los instrumentos políticos sigue siendo local y de una completa inadecuación para las enormes tareas a abordar. Fortificar las viejas fronteras y trazar otras nuevas, tratar de separarnos a "nosotros" de "ellos", son reacciones naturales, si bien desesperadas, a esa discrepancia. Si esas reacciones son tan eficaces como vehementes es otra cuestión. Las soberanías locales territoriales van a seguir desgastándose en este mundo en rápida globalización.

Hay escenas comunes en Ciudad de México, San Pablo, Buenos Aires: de un lado villas miseria; del otro, barrios cerrados. Pobres de un lado, ricos del otro. ¿Quiénes quedan en el medio?


¿Por qué se limita a las ciudades latinoamericanas? La misma tendencia prevalece en todos los continentes. Se trata de otro intento desesperado de separarse de la vida incierta, desigual, difícil y caótica de "afuera". Pero las vallas tienen dos lados. Dividen el espacio en un "adentro" y un "afuera", pero el "adentro" para la gente que vive de un lado del cerco es el "afuera" para los que están del otro lado. Cercarse en una "comunidad cerrada" no puede sino significar también excluir a todos los demás de los lugares dignos, agradables y seguros, y encerrarlos en sus barrios pobres. En las grandes ciudades, el espacio se divide en "comunidades cerradas" (guetos voluntarios) y "barrios miserables" (guetos involuntarios). El resto de la población lleva una incómoda existencia entre esos dos extremos, soñando con acceder a los guetos voluntarios y temiendo caer en los involuntarios.

¿Por qué se cree que el mundo de hoy padece una inseguridad sin precedentes? ¿En otras eras se vivía con mayor seguridad?


Cada época y cada tipo de sociedad tiene sus propios problemas específicos y sus pesadillas, y crea sus propias estratagemas para manejar sus propios miedos y angustias. En nuestra época, la angustia aterradora y paralizante tiene sus raíces en la fluidez, la fragilidad y la inevitable incertidumbre de la posición y las perspectivas sociales. Por un lado, se proclama el libre acceso a todas las opciones imaginables (de ahí las depresiones y la autocondena: debo tener algún problema si no consigo lo que otros lograron ); por otro lado, todo lo que ya se ganó y se obtuvo es nuestro "hasta nuevo aviso" y podría retirársenos y negársenos en cualquier momento. La angustia resultante permanecería con nosotros mientras la "liquidez" siga siendo la característica de la sociedad. Nuestros abuelos lucharon con valentía por la libertad. Nosotros parecemos cada vez más preocupados por nuestra seguridad personal... Todo indica que estamos dispuestos a entregar parte de la libertad que tanto costó a cambio de mayor seguridad.

Esto nos llevaría a otra paradoja. ¿Cómo maneja la sociedad moderna la falta de seguridad que ella misma produce?

Por medio de todo tipo de estratagemas, en su mayor parte a través de sustitutos. Uno de los más habituales es el desplazamiento/trasplante del terror a la globalización inaccesible, caótica, descontrolada e impredecible a sus productos: inmigrantes, refugiados, personas que piden asilo. Otro instrumento es el que proporcionan las llamadas "comunidades cerradas" fortificadas contra extraños, merodeadores y mendigos, si bien son incapaces de detener o desviar las fuerzas que son responsables del debilitamiento de nuestra autoestima y actitud social, que amenazan con destruir. En líneas más generales: las estratagemas más extendidas se reducen a la sustitución de preocupaciones sobre la seguridad del cuerpo y la propiedad por preocupaciones sobre la seguridad individual y colectiva sustentada o negada en términos sociales.


¿Hay futuro? ¿Se puede pensarlo? ¿Existe en el imaginario de los jóvenes?

El filósofo británico John Gray destacó que "los gobiernos de los estados soberanos no saben de antemano cómo van a reaccionar los mercados (...) Los gobiernos nacionales en la década de 1990 vuelan a ciegas." Gray no estima que el futuro suponga una situación muy diferente. Al igual que en el pasado, podemos esperar "una sucesión de contingencias, catástrofes y pasos ocasionales por la paz y la civilización", todos ellos, permítame agregar, inesperados, imprevisibles y por lo general con víctimas y beneficiarios sin conciencia ni preparación. Hay muchos indicios de que, a diferencia de sus padres y abuelos, los jóvenes tienden a abandonar la concepción "cíclica" y "lineal" del tiempo y a volver a un modelo "puntillista": el tiempo se pulveriza en una serie desordenada de "momentos", cada uno de los cuales se vive solo, tiene un valor que puede desvanecerse con la llegada del momento siguiente y tiene poca relación con el pasado y con el futuro. Como la fluidez endémica de las condiciones tiene la mala costumbre de cambiar sin previo aviso, la atención tiende a concentrarse en aprovechar al máximo el momento actual en lugar de preocuparse por sus posibles consecuencias a largo plazo. Cada punto del tiempo, por más efímero que sea, puede resultar otro "big bang", pero no hay forma de saber qué punto con anticipación, de modo que, por las dudas, hay que explorar cada uno a fondo.


Es una época en la que los miedos tienen un papel destacado. ¿Cuáles son los principales temores que trae este presente?


Creo que las características más destacadas de los miedos contemporáneos son su naturaleza diseminada, la subdefinición y la subdeterminación, características que tienden a aparecer en los períodos de lo que puede llamarse un "interregno". Antonio Gramsci escribió en Cuadernos de la cárcel lo siguiente: "La crisis consiste precisamente en el hecho de que lo viejo está muriendo y lo nuevo no puede nacer: en este interregno aparece una gran variedad de síntomas mórbidos". Gramsci dio al término "interregno" un significado que abarcó un espectro más amplio del orden social, político y legal, al tiempo que profundizaba en la situación sociocultural; o más bien, tomando la memorable definición de Lenin de la "situación revolucionaria" como la situación en la que los gobernantes ya no pueden gobernar mientras que los gobernados ya no quieren ser gobernados, separó la idea de "interregno" de su habitual asociación con el interludio de la trasmisión (acostumbrada) del poder hereditario o elegido, y lo asoció a las situaciones extraordinarias en las que el marco legal existente del orden social pierde fuerza y ya no puede mantenerse, mientras que un marco nuevo, a la medida de las nuevas condiciones que hicieron inútil el marco anterior, está aún en una etapa de creación, no se lo terminó de estructurar o no tiene la fuerza suficiente para que se lo instale. Propongo reconocer la situación planetaria actual como un caso de interregno. De hecho, tal como postuló Gramsci, "lo viejo está muriendo". El viejo orden que hasta hace poco se basaba en un principio igualmente "trinitario" de territorio, estado y nación como clave de la distribución planetaria de soberanía, y en un poder que parecía vinculado para siempre a la política del estado-nación territorial como su único agente operativo, ahora está muriendo. La soberanía ya no está ligada a los elementos de las entidades y el principio trinitario; como máximo está vinculada a los mismos pero de forma laxa y en proporciones mucho más reducidas en dimensiones y contenidos. La presunta unión indisoluble de poder y política, por otro lado, está terminando con perspectivas de divorcio. La soberanía está sin ancla y en flotación libre. Los estados-nación se encuentran en situación de compartir la compañía conflictiva de aspirantes a, o presuntos sujetos soberanos siempre en pugna y competencia, con entidades que evaden con éxito la aplicación del hasta entonces principio trinitario obligatorio de asignación, y con demasiada frecuencia ignorando de manera explícita o socavando de forma furtiva sus objetos designados. Un número cada vez mayor de competidores por la soberanía ya excede, si no de forma individual sin duda de forma colectiva, el poder de un estado-nación medio (las compañías comerciales, industriales y financieras multinacionales ya constituyen, según Gray, "alrededor de la tercera parte de la producción mundial y los dos tercios del comercio mundial").


La "modernidad líquida", como un tiempo donde las relaciones sociales, económicas, discurren como un fluido que no puede conservar la forma adquirida en cada momento, ¿tiene fin?


Es difícil contestar esa pregunta, no sólo porque el futuro es impredecible, sino debido al "interregno" que mencioné antes, un lapso en el que virtualmente todo puede pasar pero nada puede hacerse con plena seguridad y certeza de éxito. En nuestros tiempos, la gran pregunta no es "¿qué hace falta hacer?", sino "¿quién puede hacerlo?" En la actualidad hay una creciente separación, que se acerca de forma alarmante al divorcio, entre poder y política, los dos socios aparentemente inseparables que durante los dos últimos siglos residieron –o creyeron y exigieron residir– en el estado nación territorial. Esa separación ya derivó en el desajuste entre las instituciones del poder y las de la política. El poder desapareció del nivel del estado nación y se instaló en el "espacio de flujos" libre de política, dejando a la política oculta como antes en la morada que se compartía y que ahora descendió al "espacio de lugares". El creciente volumen de poder que importa ya se hizo global. La política, sin embargo, siguió siendo tan local como antes. Por lo tanto, los poderes más relevantes permanecen fuera del alcance de las instituciones políticas existentes, mientras que el marco de maniobra de la política interna sigue reduciéndose. La situación planetaria enfrenta ahora el desafío de asambleas ad hoc de poderes discordantes que el control político no limita debido a que las instituciones políticas existentes tienen cada vez menos poder. Estas se ven, por lo tanto, obligadas a limitar de forma drástica sus ambiciones y a "transferir" o "tercerizar" la creciente cantidad de funciones que tradicionalmente se confiaba a los gobiernos nacionales a organizaciones no políticas. La reducción de la esfera política se autoalimenta, así como la pérdida de relevancia de los sucesivos segmentos de la política nacional redunda en el desgaste del interés de los ciudadanos por la política institucionalizada y en la extendida tendencia a reemplazarla con una política de "flotación libre", notable por su carácter expeditivo, pero también por su cortoplacismo, reducción a un único tema, fragilidad y resistencia a la institucionalización.

¿Cree que esta crisis global que estamos padeciendo puede generar un nuevo mundo, o al menos un poco diferente?


Hasta ahora, la reacción a la "crisis del crédito", si bien impresionante y hasta revolucionaria, es "más de lo mismo", con la vana esperanza de que las posibilidades vigorizadoras de ganancia y consumo de esa etapa no estén aún del todo agotadas: un esfuerzo por recapitalizar a quienes prestan dinero y por hacer que sus deudores vuelvan a ser confiables para el crédito, de modo tal que el negocio de prestar y de tomar crédito, de seguir endeudándose, puedan volver a lo "habitual". El estado benefactor para los ricos volvió a los salones de exposición, para lo cual se lo sacó de las dependencias de servicio a las que se había relegado temporalmente sus oficinas para evitar comparaciones envidiosas.

Pero hay individuos que padecen las consecuencias de esta crisis de los que poco se habla. Los protagonistas visibles son los bancos, las empresas...


Lo que se olvida alegremente (y de forma estúpida) en esa ocasión es que la naturaleza del sufrimiento humano está determinada por la forma en que las personas viven. El dolor que en la actualidad se lamenta, al igual que todo mal social, tiene profundas raíces en la forma de vida que aprendimos, en nuestro hábito de buscar crédito para el consumo. Vivir del crédito es algo adictivo, más que casi o todas las drogas, y sin duda más adictivo que otros tranquilizantes que se ofrecen, y décadas de generoso suministro de una droga no pueden sino derivar en shock y conmoción cuando la provisión se detiene o disminuye. Ahora nos proponen la salida aparentemente fácil del shock que padecen tanto los drogadictos como los vendedores de drogas: la reanudación del suministro de drogas. Hasta ahora no hay muchos indicios de que nos estemos acercando a las raíces del problema. En el momento en que se lo detuvo ya al borde del precipicio mediante la inyección de "dinero de los contribuyentes", el banco TSB Lloyds empezó a presionar al Tesoro para que destinara parte del paquete de ahorro a los dividendos de los accionistas. A pesar de la indignación oficial, el banco procedió impasible a pagar bonificaciones cuyo monto obsceno llevó al desastre a los bancos y sus clientes. Por más impresionantes que sean las medidas que los gobiernos ya tomaron, planificaron o anunciaron, todas apuntan a "recapitalizar" los bancos y permitirles volver a la "actividad normal": en otras palabras, a la actividad que fue la principal responsable de la crisis actual. Si los deudores no pudieron pagar los intereses de la orgía de consumo que el banco inspiró y alentó, tal vez se los pueda inducir/obligar a hacerlo por medio de impuestos pagados al estado. Todavía no empezamos a pensar con seriedad en la sustentabilidad de nuestra sociedad de consumo y crédito. La "vuelta a la normalidad" anuncia una vuelta a las vías malas y siempre peligrosas. De todo modos todavía no llegamos al punto en que no hay vuelta atrás; aún hay tiempo (poco) de reflexionar y cambiar de camino; todavía podemos convertir el shock y la conmoción en algo beneficioso para nosotros y para nuestros hijos.


Traduccion: Joaquin Ibarburu